Es el riesgo del toreo, y la seda y el oro que lo enjoyan. Tras la faena de la muerte, se pasea, vuelto a nacer , el diestro por el anillo, sonriente, devolviendo sombreros.
Andalucía, por eso, ha inventado un arte apoyado con frecuencia en el dolor, en la disciplina, en la sangre.
Vivir una tarde de toros en la preciosa plaza de Cortes de la Frontera no es fácil de explicar, pueblo blanco anclado en la mágica serranía de Ronda, esta plaza considerada como una de las mas bonitas de Andalucía vende todo los billetes cada feria en agosto ante un publico entregado a la vez que exigente.
Fotografiar el baile de los toreros sobre su peculiar albero a ultima hora de la tarde con los últimos rayos de sol veraniego como testigo es una experiencia única y cautivadora.
Fotografías tomadas durante la feria de Cortes de la frontera del 2006 con un cartel digno de las mejores plazas; Javier Conde, Esplá y Jose Luis Dávila.
Conquistadora de conquistadores, en este deslumbrante decorado, cuando ha sido preciso, cambió de nombre, mudó de templo las aras y los dioses, ablandó para el vencedor la cama del vencido, dispuso sobre la mesa el pan cocido para otro y el aceite. Y se puso a cantar. O quizá a lamentarse. O a echar mucho de menos. Pero siempre cantando...
Encrucijada, transito, paso obligado de vaivenes.... Mesón, posada y lumbre de los que subían y de los que bajaban, que la fueron configurando con el aluvión de sus castas, la contradicción de sus ideales, la generosidad de sus ofrendas y la dádiva de sus sabidurías.
